Si paga con cheque o giro postal (en inglés conocido como “money order”), asegúrese de añadir su dirección, aconseja Simon-Weisberg. “Así, cuando se cobren los cheques, servirán como prueba de que el propietario reconoce que usted vive allí”.
Hay otras cosas que puede hacer para documentar su contrato de alquiler, como obtener un permiso de conducir o un documento de identidad estatal con su dirección o guardar las facturas de los servicios públicos. Si tiene hijos, asegúrese de que estén matriculados en la escuela con su dirección actual, ya que así podrá pedir a la escuela en el futuro documentación oficial que incluya esa información. “O incluso puede enviarse a sí mismo una carta por correo postal”, dijo Simon-Weisberg.
¿Cuánto puede subir mi alquiler si no tengo un contrato por escrito?
“Una de las protecciones que tienen los inquilinos, ya sea con un contrato verbal o escrito, es el control del alquiler”, dijo Prochovnick.
Si usted paga mil dólares al mes por una habitación, su propietario no puede subir el alquiler a 2 mil dólares de un mes para otro, ya que eso superaría los límites permitidos por el límite de alquiler del estado.
Ese límite de alquiler impide a los propietarios subir el alquiler más de un 10 % en un periodo de 12 meses, a menos que viva en una propiedad nueva construida en los últimos 15 años. Otras excepciones incluyen ciertas viviendas unifamiliares, la mayoría de las casas móviles y los dúplex en los que el propietario vive en una de las unidades.
Algunos condados, como Alameda, Contra Costa, Marín, San Francisco y San Mateo, en el área de la bahía, tienen normas adicionales de control de alquileres que pueden limitar aún más la cantidad que los propietarios pueden aumentar el alquiler cada año.
El control de alquileres también se aplica si se alquila mes a mes. Cualquier aumento del alquiler debe comunicarse mediante una notificación formal por escrito con al menos 30 días de anticipación.
¿Vive en la casa de otra persona? Usted tiene derecho a la privacidad
Una situación que Prochovnick, de EDC, ha visto antes es cuando los inquilinos alquilan una habitación en la casa de un familiar y surgen discusiones cuando no se respeta la privacidad del inquilino. “Incluso si su arrendador es su primo o su padre, no puede entrar en su dormitorio sin una razón válida y sin avisarle previamente”, afirma.
Una de esas razones podría ser que usted haya invitado al propietario a entrar en su habitación o que se trate de una emergencia. De no ser así, el propietario solo podrá entrar para:
- Realizar reparaciones necesarias o acordadas.
- Inspeccionar el estado de la habitación al inicio o al final del contrato de alquiler.
- Mostrar el espacio a un posible inquilino.
Si se da alguna de estas condiciones, el propietario debe avisarle por escrito con al menos 24 horas de anticipación.
“No puede ser simplemente porque quiere ver qué está pasando y curiosear en sus cajones”, afirma Prochovnick. También sugirió que una forma de evitar malentendidos podría ser que el inquilino y el propietario establecieran claramente qué espacios alquila el inquilino.
“¿Alquilan todo el apartamento? ¿Solo alquilan una habitación?”, dijo. “¿Qué espacio obtienen a cambio del alquiler?”.
Mi vivienda necesita reparaciones. ¿Quién es el responsable?
El propietario debe cumplir el código de salud y seguridad del estado, que exige que la vivienda tenga un cuarto de baño en buen estado, fontanería funcional, equipo de calefacción que pueda mantener la temperatura interior a un mínimo de 70 grados y que esté libre de insectos y roedores, entre otras normas.
“Da igual si el contrato de alquiler está por escrito o no, el propietario tiene la responsabilidad de mantener la propiedad”, dijo Simon-Weisberg. “Es la ley estatal; no tiene nada que ver con el contrato”.
Si usted está rentando de un inquilino y esa persona alquila de alguien más, el responsable es el propietario del inmueble.
¿Cuándo puede desalojarme mi arrendatario?
Aunque California cuenta con algunas de las protecciones más sólidas contra los desalojos del país, algunos propietarios siguen sacando a sus inquilinos mediante amenazas, desinformación o incluso cambiando las cerraduras de la puerta. Estos “desalojos encubiertos” se vieron durante la pandemia de COVID-19, cuando los propietarios intentaban eludir la moratoria estatal sobre los desalojos.
“Los propietarios no pueden simplemente sacar sus cosas a la calle y cambiar las cerraduras”, dijo Prochovnick. “Tienen que seguir un procedimiento judicial adecuado para desalojar al inquilino”.
La Ley de Protección de los Inquilinos del estado exige que el propietario tenga una “causa justificada” para desalojar a un inquilino, que puede incluir:
- El inquilino no ha pagado el alquiler.
- El inquilino ha incumplido los términos del contrato de alquiler.
- El propietario ya no quiere alquilar el espacio.
- El propietario quiere utilizar la vivienda para sí mismo o para un familiar.
- El propietario tiene previsto demoler la vivienda o remodelarla sustancialmente, lo que podría incluir la eliminación de pintura con plomo, moho o amianto.
- El propietario ha recibido una orden del gobierno para que se desocupe la vivienda.
El propietario tiene que entregarle una notificación por escrito, ya sea en persona o por correo, explicando los motivos del desalojo, junto con la fecha límite para que se mude. El tiempo que se le conceda dependerá de las circunstancias del desalojo. “Incluso si el contrato de alquiler es verbal, la notificación de rescisión debe hacerse por escrito”, dijo Prochovnick.
Usted tiene la posibilidad de impugnar la orden de desalojo ante un tribunal: después de recibir la notificación de desalojo de su arrendador, tiene 10 días para presentar una respuesta ante el tribunal de su condado. Con este formulario, puede explicar las circunstancias de su contrato de alquiler y cualquier problema que haya surgido con su arrendador en el pasado, y un juez llevará a cabo un juicio de desalojo para decidir si tiene que abandonar su vivienda. Obtenga más información sobre cómo responder a una notificación de desalojo.
Si decide acudir a los tribunales, los expertos legales recomiendan tener a mano los recibos y la documentación que demuestren que ha estado pagando el alquiler de su vivienda y durante cuánto tiempo.
Soy indocumentado. ¿Mi estatus migratorio es un problema para alquilar?
En 2017, los legisladores de California aprobaron la ley AB 291, que prohíbe a los propietarios amenazar a los inquilinos indocumentados con denunciarlos a las autoridades de inmigración. Los defensores de los inmigrantes han señalado durante años que los inmigrantes indocumentados son especialmente vulnerables al abandono y al abuso de sus propietarios, que pueden amenazarles con llamar a la policía si se quejan de reparaciones necesarias o de un desalojo ilegal.
“Sin importar que tenga papeles o no, no hay ninguna diferencia: todos tenemos los mismos derechos a la vivienda”, dijo Simon-Weisberg. “Si un propietario le discrimina por su estatus migratorio, eso es ilegal”.
Un tribunal podría multar al propietario con hasta 2 mil dólares por infringir esta ley.
¿Cómo puedo hablar con mi arrendador sobre este tema de manera eficaz, sobre todo si es de mi familia?
Sin lugar a dudas, puede resultar extraño o incluso incómodo sacar a colación todo este tema legal, especialmente si el propietario es un amigo o familiar.
Pero es importante encontrar un equilibrio entre ver a esta persona como alguien que conoce y alguien con quien tiene una relación comercial, dijo Simon-Weisberg. “Tanto si used es pariente de la persona como si no, una persona es la propietaria y otra la inquilina”, dijo.
Un problema que ha observado a lo largo de los años es que los inquilinos están en desacuerdo con el propietario sobre lo que realmente incluye el contrato de alquiler. Ella recomienda enviar al propietario un correo electrónico o un mensaje de texto después de una conversación importante en el que se resuma lo que ambos han acordado.
“No asuma que está alquilando de alguien que conoce”, dijo. “Si está trabajando para un amigo, igual debe hacer todo lo que haría normalmente, porque el hecho de que sea su amigo de ninguna manera le protege necesariamente”.
Aunque tiene derecho a pedirle al propietario que no entre en su dormitorio o que realice las reparaciones necesarias, “es natural que los inquilinos se sientan nerviosos”, afirma Prochovnick. “Existe una dinámica de autoridad entre propietarios e inquilinos”.
“Todos necesitamos una vivienda y no queremos ponerla en riesgo resistiéndonos”, afirmó, pero “nuestros derechos legales, en igual medida, sólo son tan fuertes como nuestra voluntad de defenderlos”.
Estas conversaciones tampoco tienen que ser argumentos, dijo, señalando que muchos grupos comunitarios de California ofrecen servicios de mediación entre propietarios e inquilinos. “Eso podría ser algo que las personas en estas situaciones podrían intentar en lugar de acabar en los tribunales peleándose entre sí, especialmente si son miembros de la familia y quieren preservar lo que en un momento fue una buena relación”, dijo.
Este artículo fue traducido por la periodista María Peña y esa traducción fue editada por el periodista Carlos Cabrera-Lomelí.