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La red de respuesta rápida en San José, creada para responder al temor a ICE

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Dos personas hablan afuera de un negocio dentro de una plaza comercial.
Socorro Montaño (derecha), coordinadora de la Red de Respuesta Rápida, habla con Luis Urbino sobre cómo reportar actividades del ICE y los esfuerzos de la red para verificar avistamientos en San José, el 21 de julio de 2025. La Red de Respuesta Rápida opera una línea directa para movilizar voluntarios y apoyar a familias inmigrantes durante acciones del ICE. (Beth LaBerge/KQED)

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Lo que hace poco fue uno de los centros comerciales más concurridos de San José es ahora un lugar mucho más tranquilo. En la Placita Tropicana, situada en la esquina de las calles Story y King, los vestidos de quinceañera siguen brillando, las pupusas siguen chisporroteando y el pan dulce se hornea cada mañana.

“Pero ahora la gente tiene demasiado miedo de salir”, afirma Elizabeth Ramírez, quien trabaja en Joyería Cruz, una boutique y tienda de ropa. “A veces se corre la voz que en la Tropicana está migración y la gente se desaparece, se queda totalmente solo y las ventas bajan”.

Y cuando los clientes vienen, dice, a menudo tienen miedo de que haya agentes de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) cerca. “Cuando veo esa mirada en sus caras, les doy estas tarjetas”, dice, mostrando dos juegos de tarjetas: uno rojo y otro amarillo.

La tarjeta roja, proporcionada por el Centro de Recursos Legales para Inmigrantes, enumera los derechos que alguien tiene si se topa con agentes federales de inmigración. Pero es la tarjeta amarilla la que tiene un mensaje mucho más directo: “Protege nuestra comunidad. Si ves a la migra, ¡repórtala!”.

Las tarjetas amarillas son de la Red de Respuesta Rápida en el Condado de Santa Clara, una coalición de 11 organizaciones comunitarias y cientos de voluntarios que trabajan las 24 horas del día para verificar posibles avistamientos de ICE. Muchos voluntarios son inmigrantes o hijos de inmigrantes, todos impulsados por la convicción de que las familias inmigrantes tienen un hogar en San José y South Bay, sin importar su estatus migratorio.

Socorro Montaño, coordinadora de la Red de Respuesta Rápida, habla con un dueño de negocio sobre cómo reportar actividades de ICE y los esfuerzos de la red para verificar avistamientos en San José, el 21 de julio de 2025. (Beth LaBerge/KQED)

El objetivo: difundir información fiable sobre las actividades de ICE lo más rápido posible. La línea directa de la red conecta a quien llame con voluntarios capacitados que pueden confirmar o desmentir rumores sobre operativos de inmigración. Si ICE está presente, la red alerta rápidamente a miles de miembros de la comunidad a través de las redes sociales y chats grupales.

La red ahora está redoblando sus esfuerzos, tomando en cuenta que el gobierno del presidente Donald Trump ha aumentado el presupuesto de ICE en 75 mil millones de dólares. Cuando no están atendiendo la línea directa, los voluntarios enseñan a vecinos cómo identificar correctamente a los agentes de ICE, e incluso cómo prepararse para una posible separación familiar. Aunque el Área de la Bahía no ha visto redadas de inmigración a la misma escala a las que se vieron en Los Ángeles a principios de este verano, los voluntarios no quieren que su comunidad sea tomada por sorpresa.

“Cuando la respuesta rápida envía alertas, no está pidiendo permiso al Gobierno”, afirma Socorro Montaño, codirectora de Latinos Unidos por una Nueva América (LUNA), un grupo con sede en San José que forma parte de la Red de Respuesta Rápida en el Condado de Santa Clara. “En cuestión de minutos, la red está teniendo un impacto tangible en la vida de las personas … Es el poder del pueblo sin tener que ceder poder en la esfera política”.

Un viernes reciente, Montaño visitó a Ramírez en su tienda para asegurarse de que tuviera suficientes tarjetas. La red, dice Montaño, es tan fuerte como la comunidad que la impulsa. “Todos los que tienen nuestro número guardado, todos los que alguna vez nos han llamado o han compartido el número con un ser querido, forman parte de la red”.

“Para mí, todo esto sí sirve”, dice Ramírez. Cuando oye un rumor en WhatsApp sobre que ICE se está moviendo por San José, lo primero que ella hace es consultar la red de respuesta rápida. En cuestión de minutos, comparte con sus seres queridos la información verificada por los voluntarios. “Cada quien toma lo que necesita. Para mí, ha sido un apoyo bien grande”.

Cuando no están gestionando las líneas telefónicas, Montaño y otros voluntarios visitan negocios por todo el sur de la Bahía para repartir tarjetas e informar a los residentes. Su siguiente parada: una joyería y relojería situada a pocos metros, llena del zumbido y el chirrido de las máquinas de pulir.

“Yo soy Socorro.  Mucho gusto”, se presenta Montaño. “Lo que más me importa hoy es hablarle sobre la red de respuesta rápida”.

Luis Urbina, el propietario de la tienda, había visto las tarjetas rojas antes, pero no sabía nada de la red. “Se paraliza uno con toda esta situación”, dice. “En verdad no sabía qué pasaría si me detuvieran. Ahora, ya lo sé.”.

¿Quién contesta el teléfono?

Mientras Montaño y otros difunden el mensaje, otros integrantes de la red esperan a que lleguen las llamadas. A menudo es difícil cubrir la línea directa.

“Cuando contestas una llamada, puedes oír lo angustiada que está la gente”, dice Carmen Torres, organizadora de Services, Immigrant Rights and Education Network (SIREN), otro grupo de la coalición. Sólo este año, la línea directa ha recibido miles de llamadas. Algunas son falsas alarmas: la gente confunde a los agentes de policía de San José con agentes de ICE.

Socorro Montaño (izquierda), una de las coordinadoras de la Red de Respuesta Rápida, habla con otros integrantes de la red en San José, el 21 de julio de 2025. La Red de Respuesta Rápida opera una línea directa para movilizar voluntarios y apoyar a familias inmigrantes durante acciones de ICE. (Beth LaBerge/KQED)

Pero a veces, las personas que llaman se sienten abrumadas por el miedo a que ICE separe a su familia. “La gente nos dice que ha estado llamando a todas partes para encontrar un abogado, pero nadie acepta nuevos casos”, dice Torres. “¿Qué más les podemos decir?”

“Como dicen en inglés, ‘I go to the wall’. Es un muro y no puedes hacer nada en ese momento”, agrega.

La demanda por servicios legales en el Área de la Bahía es tan grande en este momento  que la red sólo puede movilizar abogados en situaciones urgentes. Tomando en cuenta esta limitación, SIREN también ayuda a las familias a hacer planes en caso de que un padre o tutor sea detenido.

“A veces, la gente se asusta solo con oír la palabra ‘planificar’, porque significa pensar que nos puede pasar lo peor”, dice María Aceves, que, junto con su marido, Eliseo, lleva más de 20 años como voluntaria en SIREN y otras iniciativas a favor de los inmigrantes. “Pero yo les digo que lo mejor que podemos hacer es estar preparados e investigar cómo prepararnos y defendernos, en lugar de quedarnos en casa con miedo”.

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El miedo a la deportación no sólo afecta a los negocios de San José. En las comunidades de inmigrantes de California y del resto del país, cada vez hay menos gente comprando, trabajando o incluso llevando a sus hijos a la escuela. Los distritos escolares en la región del Valle Central, que han visto un aumento de las medidas de control de la inmigración, registraron un aumento medio del 22 % en ausiencias estudiantiles a principios de este año.

“Sabemos que [Trump] no nos va durar toda la vida. Nomás son cuatro años, pero en esos cuatro años nos pueden destruir”, dice Aceves. Como inmigrante, comprende el miedo que sienten otros miembros de su comunidad, pero insiste en que hay que afrontarlo directamente.

“Me dice mi hija a veces, ‘Mamá, ya no deberías de ir de voluntario'”, dice. “Pero le digo que tengo ya su edad haciendo esto. Me gusta … Ustedes ya saben lo que tienen que hacer en caso de que algo pase. Yo voy con Dios por delante de mí”.

Torres dice que le da gusto dar a las personas información precisa sobre operativos de inmigración para que puedan continuar con sus vidas. El lema de la red, después de todo, es “Poder, no pánico”.

“No sabemos lo que está pensando Trump. No sabemos lo que está pensando la migra. Pero sí sabemos cuáles derechos tenemos”, ella sostiene. “Vamos a la comunidad, les damos la información de cómo defenderse y luego venimos acá a contestar los teléfonos. Es un círculo para nosotros”.

Un original de San José

El sol de verano se eleva sobre Alum Rock, y el calor llena las calles de este vecindario que por décadas ha sido poblado por familias mexicanas. Montaño, acompañada de dos activistas de la organización Amigos de Guadalupe, va de negocio en negocio para hablar sobre la red de respuesta rápida.

Algunos vendedores las reconocen y muestran con orgullo las tarjetas rojas y amarillas que han colocado cerca de sus puertas. Otros las reciben por primera vez.

María Moreno (centro), residente de San José por más de 40 años y dueña de una tienda de dulces, conversa con Socorro Montaño, coordinadora de la Red de Respuesta Rápida, sobre cómo reportar actividades del ICE en San José, el 21 de julio de 2025. (Beth LaBerge/KQED)

“Siempre hay que tener la tarjetita”, dice María Moreno, residente en San José desde hace más de 40 años y propietaria de una tienda de dulces en Alum Rock. “Se las voy a dar a mis clientes. Ya no hay que tener miedo cuando estemos en la calle”.

Muchas de las tiendas de Alum Rock pertenecen a familias mexicanas y chicanas desde hace generaciones. Pero también hay restaurantes vietnamitas, sudasiáticos y colombianos, lo que refleja en gran medida cómo la cultura y la economía de San José dependen de la mano de obra inmigrante. Más del 40 por ciento de la población de la ciudad es extranjera, un porcentaje superior al de San Francisco y Nueva York.

Para Montaño, proteger a los inmigrantes de la ciudad de la deportación es parte de lo que significa ser de San José. Nacida y criada en la ciudad, una parte de su familia emigró recientemente de Nicaragua, mientras que la otra lleva tres generaciones viviendo en el condado de Santa Clara.

“Soy una chica de la Bahía”, dice. “Casi dondequiera que esté, nuestra comunidad es tan profunda y sólida que sé que puedo encontrar gente de confianza”.

Más en español

Tras las elecciones de 2016, un pequeño grupo de voluntarios formó la red de respuesta rápida en el condado de Santa Clara. A medida que se unieron más grupos, el alcance de la red se amplió: tanto la ciudad de San José como funcionarios del condado la incluyen ahora como recurso. Se están formando redes similares en todo el país, inspiradas en la creencia de que las comunidades de inmigrantes pueden, con sus propia capacidad y recursos, responder al gobierno federal.

Ahora, Montaño y otros buscan garantizar que este trabajo pueda mantenerse durante los próximos cuatro años.

“Hace unas semanas, me hicieron una pregunta durante una reunión: ‘Si pudieras vivir en cualquier parte del mundo, ¿dónde vivirías?'”, cuenta Montaño. “Yo respondí, ‘San José, California’. Este es mi hogar. Y este es el hogar que estoy construyendo”.


Este artículo fue traducido por la periodista María Peña y esa traducción fue editada por el periodista Carlos Cabrera-Lomelí.

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